sábado, 27 de abril de 2013

arcilla, perro, sacapuntas, estanque y cuaderno

Había una vez un árbol de arcilla que se dehacía con la lluvia y tenía que volver a crecer. Esto era muy trabajoso. En ese árbol hacía pis todos los días el perro "rompetechos" pero claro cuando llovía y el árbol se había convertido en barro el perro se revolcaba en él y quedaba hecho un asco. Lo peor era cuando salía el sol porque el can se quedaba duro como una estatua y entonces el árbol gigante sacapuntas, que crecía al lado del de arcilla metía por su agujero a "rompetechos" y el perro salía por el otro lado del árbol, finito, finito como un lapicero. El dueño de los árboles harto de esto hizo un pequeño estanque más abajo para que cuando lloviera el agua cayera allí y así no se deshiciera el árbol de arcilla y todo esto lo sabemos porque quedó escrito en este cuaderno.

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