Coqueta, sarampión, reseña, paquete y orquesta

Había una vez una mujer muy coqueta que se compraba muchas cremas y vestidos y se miraba mucho en los espejos, pero un día se puso enferma con sarampión y le quedaron manchas muy feas por todo el cuerpo y ya no quería salir a la calle ni comprarse vestidos, ni mirarse en los espejos porque estaba muy triste. Sólo leía los periódicos que el portero le traía. Un dia vio un anuncio (reseña) que decía que vendían una cosa para curar la tristeza. La pidió por internet y a los pocos días llegó un paquete no muy grande. Cuando lo abrió dentro estaba lleno de mariquitas rojas con lunares negros y cada una tenía entre sus patitas un instrumento musical. También había una batuta. La mujer coqueta la cogió y comenzó a dirigir a aquella curiosa orquesta . La mujer ya no estaba triste. Se hizo famosa y viajó por todo el mundo con su orquesta dando conciertos y ahora ya no le importaban las manchas que tenía.

Piña, gorro, estación, camión y sorpresa

La piña cayó desde muy alto y le dio en la cabeza a un cerdito que estaba comiendo bellotas. Le podía haber roto la cocorota pero por suerte esa mañana se había levantado estornudando y entonces su ama le había puesto un gorro rojo de lana en la cabeza y por eso no sangró pero por si acaso la madre cerda, que lo había visto todo desde la pocilga mientras la barría, lo llevó corriendo a la estación de autobuses para llevarlo al médico pero era domingo y la estación estaba cerrada, entonces la cerda se puso en la carretera con el cochinito en brazos e hizo auto-stop; paró un camión y ¡sorpresa! estaba lleno de cerditos y además el conductor era veterinario y le curó y se fueron con él de vacaciones y mientras tanto la mamá cerda hizo gorros de todos los colores para los demás cochinitos.

Las palabras invitadas hoy han sido: Jardín, taza, hermana, acuarium y carromato.

Era un jardín muy, pero que muy sucio en el que la gente tiraba todo lo que le sobraba o estaba roto. Ese día,que era Viernes, habían arrojado una estupenda taza por que se le había roto el asa. Leo y su hermana vivían en un carromato y ese noche entraron en el jardín y vieron la taza que era muy bonita porque tenía un acuarium pintado por fuera y la cogieron, luego agarraron todo lo que había allí esparcido y lo llevaron al carromato. Desde ese día vendían las cosas rotas de aquel jardín en otros pueblos y les iba muy bien. Vendieron todo menos la taza que les servía para desayunar el Cola-Cao todas las mañanas; Leo bebía por el lado del acuarium donde se veía una oso polar y su hermana por el lado que tenía pintada una sirena, sólo que el Cola-Cao no podía estar muy caliente porque se quemaban ya que  la taza no tenía asa, pero un día compraron unas pajitas y ya no se quemaron más.

Roca, saliva, corcho, gigante y pulpo

Había una vez una roca muy grande que un gigante que pasaba por allí intentó romper y no pudo porque era muy dura. La roca cuando sentía peligro echaba saliva de piedra y claro al poner el gigante la mano encima se le quedó pegada en ella. Pero a la piedra no le gustaba estar mojada con su propia saliva, menos mal que esta roca estaba en el medio del mar y allí flotaba un corcho muy grande. La roca se movió un poco , con gigante y todo, y  el corcho consiguió absorver toda la saliva a la roca y de paso el gigante pudo escaparse. En su huída encontró un zapato se dio la vuelta y volvió donde la roca para ver si podía partirla con él. No lo consiguió. En eso salió un pulpo enorme del mar, apretujo y apretujo a la roca y la exprimió hasta que se quedó fina y entonces el gigante se la llevó para hacerse una muralla

Huevo, campana, guante, camaleón y leñador

Había una vez una gallina que ponía huevos. Un día puso uno muy grande y como tardaba mucho en abrirse y salir un pollito, se cagó encima del huevo, pero llegó un camaleón y cuando la gallina estaba despistada se comió el huevo con la caca y todo y le supo tan mal que le dijo : "Qué mal saben tus huevos, gallina". Esa tarde un chico tocó la campana del campanario y la gallina llegó corriendo porque no le gustaba ese sonido. Allí se encontró al niño y se cagó encima de él porque últimamente la gallina tenía mucha facilidad para irse por el culo.

Mientras tanto el camaleón estaba muy malo por el huevo con caca que se había comido que le había dejado   hecho polvo y se le había dado la vuelta el hígado. Un guante abandonado de jardinero se dio cuenta de todo y se metió dentro del camaleón logrando dejarle el hígado en su lugar. Un leñador que pasaba por allí al ver al bicho allí tirado se lo llevó al hospital y al abrirle la tripa, los cirujanos encontraron el guante. El camaleón se salvó, el leñador se llevó el guante para no hacerse daño cuando partía la leña y al final la gallina y el camaleón se hicieron novios y los huevos que ponía la gallina cambiaban de color y ya no se hacía cacas encima de ellos.

Bruja, cocodrilo,esparadrapo, tiburón y barco

Había una vez una bruja que era muy mala que se comía niños. Llegó un cocodrilo y se comió a la bruja con un niño dentro y a los demás los dejó con heridas mientras huían. El cocodrilo se fue a hacer la digestión sin darse cuenta de que en lugar de en el río estaba en el mar . Llego un tiburón y se  zampó al cocodrilo con todo lo que tenía dentro. Los padres de los niños pusieron a sus hijos esparadrapo en las heridas que les había hecho el cocodrilo, pero a unos de los padres les faltaba su hijo. Cogieron todos un barco y fueron en busca del tiburón y cuando lo vieron le dieron a comer salchichas con veneno para tiburón y se murió. Sacaron al cocodrilo y le dieron salchichas envenenadas para cocodrilos y se murió. Sacaron a la bruja y le dieron salchichas con veneno para brujas  y se murió. Sacaron a l niño vivo y no le dieron salchichas con veneno para niños porque todos le querían y no querían que se muriera.

Las palabras invitadas este Sábado fueron: Caramelo, gallina, tijeras, caracol y mantequilla.
Había una vez un caramelo que un chico lo comió, lo tiró y las hormigas fueron a llevárselo pero estaba muy duro. Llamaron a unas tijeras de urgencia que estaban de guardia para estas ocasiones, pero eran pequeñas y no pudieron cortar el caramelo. Llamaron a otras tijeras más grandes, pero como no estaban de guardia y estaban durmiendo tuvieron que esperar a la mañana siguiente a que las tijeras gigantes entraran a trabajar en el turno de mañana. Llegó y cortó el caramelo en dos partes, pero llego por allí un caracol que al ver al caramelo roto lo volvió a unir con su moco. Las tijeras gigantes intentaron volver a cortar el caramelo pero esta vez no pudieron. Menos mal que pasaba por allí un trozo de mantequilla a la que pidieron ayuda. Esta se extendió sobre la piedra y las tijeras gigantes pudieron volver a cortar el caramelo en dos pedazos. De todas maneras pidieron ayuda a una piedra muy grande para que se cayese desde la montaña y rompiera el caramelo en pedacitos muy pequeños y así fue. Luego las hormigas pudieron llevarse los trocitos a la espalda a su casa para tener comida para pasar el invierno aunque cuando pasó el invierno tuvieron que ir al dentista porque todas tenían caries por culpa del caramelo